Formas de decir adiós

Lo primero es despedirse de los sitios. Recorrerlos, mirar los rostros que ves todos los días, pero que al irse toman significado. Salir a tomar algo con algún conocido y regresar a casa por la calle nocturna, y ver el cielo, los lugares vacíos, como presagio del “me tengo que ir”.

Luego, vas donde las personas y te dicen “te extrañaré”, y los que están acostumbrados a no cambiar, a que su rutina sea siempre la misma, te lo dirán con más fuerza, porque añoran ese cambio, aunque no tengan las condiciones o la determinación para hacerlo.

Entonces, se despedirán también los que te extrañarán porque no podrás ser útil para sus fines, como tu jefe o algún conocido que te vendia sus productos, ellos también sentirán tu partida.

Tomarás tus cosas y las echarás en maletas. Lo importante lo guardarás y lo que pensabas importante, al momento de partir, sabrás que solo hará peso de más y terminará en la cesta de la basura. Al ver el lugar vacío escucharás el eco, y te darás un paseo mirando que no se quede nada.

La mesa de madera se la regalarás a un ser querido, y la ardillita de juguete que adornaba tu oficina ahora acompañará el escritorio de al lado. Y sabrás que, aunque somos reemplazables, siempre perdurará el recuerdo de lo que eres, irrepetible.

Escribirás una nota a mano alzada, excusando tu ausencia a la persona amada, llamando quimeras que expliquen tu partida, deseando en libros libertades y finales felices, entregando flores y versos que perduren hasta donde tengan que hacerlo. Te llevarás en el corazón lo vivido y entenderás que eso la distancia no lo arrebata.

Finalmente, cuando subas al autobús, mirando las lucecitas de colores que alumbran a la distancia como símbolo de las personas que dejas atrás, con tu aliento dibujarás un garabato en el vidrio agradeciendo por dentro todo. Seguirás adelante y entenderás que esa es tu forma de decir adiós.

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Magnífica manera de expresar tras las palabras esa zozobra e incertidumbre que se siente, entre líneas, antes de una partida…intentando normalizarla.

Te aplaudo! :clap::clap:

Abrazos, Daniel. :hugs:

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Has contado tan bonitas esas despedidas que así parece que duelan menos.
Pero siempre duelen. Es difícil dejar atrás.
Me ha gustado mucho tu escrito, Daniel :rose:

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María, muchas gracias por tu comentario. Es un intento por resistir esa naturaleza fluctuante de las cosas. Creo que al final uno nunca se acostumbra, pero en buena hora la poesía nos ayuda a canalizar. Un abrazo!

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Si Walla… Qué difíciles algunas despedidas, pero se sigue adelante. Muchas gracias a a ti por leerme y tu apoyo siempre :hugs:

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A veces, no se sabe que duele más: irse o dejar lo que será un recuerdo o de aquellos olvidos que siempre volverán de alguna u otra forma, y sea más que un beso.

Buen relato!!!

Saludos, Daniel

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