Forever… …

Tu muerte me supo a plomo
y a ácido al final de mis venas,
a cristalinos cegados por la sal
ventisca del freno a mis palabras.
Que te reencarnases en vida
es lo único que consuela,
no hay mayor derrota del hombre
que quedarse por delante de su costilla.
Y si bien los sueños otorgan
paz en el camino de las pesadas cadenas,
dime como vivir el día a día
sin perder mi cabeza.

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