Es sublime el riachuelo, que ligero va y mana
de la roca sedada, de tan alta montaña
cual azul y cual cielo. ¡Qué misterio enmaraña!
Es un cauce de vida, fluye y fluye a su gana.
Va regando los suelos, no hay en él gloria vana
y lo habitan los peces, y no miente, ni engaña
es amigo del árbol, compañero sin maña
y si hubiera tristeza, ya se viste de grana.
Surca el cielo el jilguero, trina y canta un gorrión
danzan nubes su baile, lanza el viento un silbido
viene el cántaro al río, de la mano en la niña.
Y la roca interpone, su enemiga objeción
dificulta el destino, dificulta su fluido
antagónica, esquiva; busca pleito, halla riña.
La batalla ya aliña
mas el río, que es sabio; la rodea, es gentil
abrazando el contorno, y avanzando en añil.
. . .
Día de estío,
río, peces y cielo.
Vuela el jilguero.
/Garden of the Eden by AI Ink/
Poesía de Alejandro Cárdenas
Combinación de Soneto Alejandrino con ritmo predominante de acentos en 3,6,10,13. Rematado en un estrambote y luego con un Haiku de verano.