Nunca
supe como crecen algunas flores en otoño,
pero ahora lo sé.
Porque eres de las generaciones de rosas tardías.
Y
eres
la vigilia de la propia ensoñación.
Quizás,
en cálidas texturas, en tanto simbolizas
el ocaso más allá del tiempo
de la mirada.
Y en tiempos donde fluye el sentir.
Desde luego que en los espejos del día, refleja tu aura
sin que se pierda el principio
del amor.
Pero engalanado en tu soledad de plata y oro,
sobre el mundo de los vivientes.