Fika: Un momento para reducir el paso y apreciar los pequeños y buenos momentos de la vida.
Déjame simple
y fácil,
por una vez no quiero rimar
ni escribir largas odas
y elegías
de una vida o un pasado;
por un momento no quiero llorar
o enfadarme
ni sonreír,
déjame libre
y sencilla.
La estructura no existe aquí,
ni hoy ni mañana,
no busco ser grande
y superar a mi yo
de hace unas horas,
déjame aburrida
y sin contexto.
No necesito palabras,
y quizá esto suene como algo negativo,
pero “no” es mi palabra favorita
en estos momentos.
Déjame disfrutar del calor
y del sol entrando
por las rendijas de las persianas,
déjame pintar
hasta que no reconozca mis manos,
déjame escuchar música
y creer que estoy en Los Ángeles de noche*,
déjame escribir para perder el tiempo
y no intentes hacer que éste vuelva;
no lo necesitamos tanto como creemos.
Déjame leer la misma línea durante horas
porque me gusta una poesía
muerta y romántica
que nadie parece comprender,
o simplemente por estar distraída
mirando a un punto fijo
en la pared
e imaginando países que podría
pisar un día;
déjame ser extraña.
Déjame enviar un mensaje
a las cuatro de la madrugada
allí dónde son las once de la noche,
déjame ser innecesaria
la mayoría de las veces
y cansar a los demás.
Déjame respirar
y sólo eso.
Déjame ser.
*Refiriéndose a “LA at Night”, canción de The Coronas.