Febrero bisiesto

Mi desgracia, mi luz y mi desgracia,
la que vuela y nace, converge.
Yo no estuve a tiempo y contigo,
todo el escombro de primavera.

Vivo a tropezones y me empujas,
tu sangre me embriaga los cielos.
Mis pasos buscan los tuyos,
ajenos y con esmero.

No importan las fuerzas si abandonan,
ni los besos o el peso de tu sombra.
No habrá más que un recuerdo, un susurro,
que nos nombra cada febrero bisiesto.

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