Fuiste lo mejor.
Pero hablo de lo sublime,
en lo existencial.
No había punto de comparación
ante tal excentricidad.
Alcanzarte era casi imposible,
a tal punto de sentirme
ensimismado.
Te creí lejana,
casi siempre.
Pero con el tiempo,
te volviste muy cercana.
Tu interés era mínimo,
mientras el mío crecía
dantescamente.
El cambio fue drástico.
¿Quién lo imaginaría?
Yo empezaba a superar
mis miedos,
a ser capaz de todo,
llegando a tu nivel.
Pero para ti,
eso no fue suficiente.
Tus expectativas
eran sutilmente inalcanzables.
Tomé una decisión,
en silencio y sin rencor,
comprendiendo que el amor
no siempre significa quedarse,
sino tener el valor
de irse …
amando.