Existes en mí,
al nombrarte
y me envuelves en tu silencio
que me arrulla,
que me calma.
Y rompes los mundos oníricos
que me habitan
y reconstruyes esta realidad
desvanecida.
Existes en mí,
al nombrarte
y cada paso toma forma
y justifica el largo recorrido
que cargo sobre mis hombros.
Y las horas milenarias
se reducen a este instante:
al hecho de encontrarte
y abrazarme a ti para no soltarte
para fusionarme en tu luz
que me absorbe
disipando toda sombra que te aparta.
Al nombrarte te encontré,
estabas a un verbo de mí
ya no hay nada que decir,
me basta tu nombre
y ahora… soy en ti.
Al decir su nombre el espíritu se hace presente y los recuerdos construyen de forma sutil, una realidad vivida y añorada. El poeta vive de recuerdos y la poesía se construye de imágenes que alimentan la realidad del que la crea.
Hay en tu poema un amor que trasciende las palabras, un abrazo luminoso que desarma sombras.
Letras tan profundas y cercanas.
Muy bello todo poetisa. Un gusto leerte de nuevo.
Y las horas milenarias
se reducen a este instante:
al hecho de encontrarte
y abrazarme a ti para no soltarte
. . .
Al nombrarte te encontré,
estabas a un verbo de mí
ya no hay nada que decir,
me basta tu nombre
y ahora… soy en ti.
Querida Sinmi, leo en tus letras un intenso poema cuya voz sensual funde la existencia del amor con el ser cuyo nombre llevas en la piel. Hermoso y encantador poema. Saludos cariñosos
A mi también me alegra mucho volver a este maravilloso portal de poesía mi querida María. He estado con muchas ocupaciones que me impiden pasar, pero aquí estoy de nuevo. Abrazos en la distancia.
Me gusta de tu poesía la armonía que transmiten los versos. Y me gusta de este poema su énfasis en el nombrar. Porque es verdad que solo con eso, con nombrar, moldeamos la realidad y hacemos que lo nombrado exista. Puede ser el amor, pueden ser otras cosas. Así que es un poema profundo y escrito con una gran sensibilidad! Enhorabuena…