Estaba en el lado derecho de la cama, durmiendo en una posición fetal, sobre mi lado derecho, cuando escuché el rugido profundo de aeronaves, como una cascada precipitándose en multitud de chorros, me dije, ya están aquí es el momento, así que me separé del cuerpo; y me apresuré en ir hacia la ventana ubicada del lado izquierdo de la pared, desde donde podría tener una mejor visibilidad y confirmar mi pensamiento.
Sentí mi corazón convirtiéndose en una leyenda, y con la singularidad de un temblor mínimo, que me embargaba, recorriéndome de pies a cabeza, no sin un dejo de pánico, pero no sé cómo explicar esta sensación: tal vez el tipo de susto que experimenta un masoquista moderado, o como una sensación muy íntima y aunque deliciosa, no exenta de un sustantivo abstracto, tal vez del tipo que tienes la primera vez que tienes sexo, o el sustico valiente de saber que algo se va a romper, irremediablemente, y aunque no muy asustadiza, más bien emocionada y ansiosa, una mezcla de seguridad, buena fe y mucho amor.
Entonces, salté sobre mi cuerpo aún en posición fetal sobre la cama, e inmediatamente, sintiéndome extraída, girada como un gusano de seda en el envés de una hoja, o como una vuelta de campana dentro de una piscina o matriz, y siendo depositada en una recámara ¿O sería una crisálida? entendí la instrucción de mantener los ojos cerrados, asentí y me sentí como un bólido atravesando tiempo y espacio, hiperlumínica, pregunté:
¿Cuando puedo abrir los ojos? Y escuché: ´ahorita´ mientras me preguntaba de vuelta ¿Puedes ver abajo?, dije ´sí´, ¿pero qué es eso?— volvió a responder solo mira… ellos son esclavos… y todavía hay muchos lugares como este…
Un lugar como este
El lugar era un desierto, una vasta área de rocas y grava. En mi mente me dije esto es Egipto…Pero en medio de ese curtido y polvoriento lugar divisé a una enorme roca, se me figuró similar a la cabeza de la Efigie, pero solo en la cabeza, el cuerpo era más una especie de guerrero usando una lanza muy grande, como una tortuga ninja, preguntando a mi transportador, dije, ¿Acaso es un hombre de piedra?
Mi nave espacial dijo serenamente:
¨Sí y ya nos vio, pero no permitas que te vea a los ojos¨
Espié para tener una mejor vista, noté que los esclavos estaban siendo arreados, sentí entonces una gran aprensión y lástima. En eso, percibí que el hombre de piedra vio directamente en mi dirección por encima de ellos, y en un movimiento, arrojándonos su lanza, para derribarnos. En el latido rápido y furioso de mi corazón, me desperté en mi cuerpo, pero dentro del sueño, y el instinto me dijo, debes regresar con mi nave espacial, idea que completé con la siguiente reflexión ´o de otra manera permaneceré en ese planeta maldito´. Con la intención fijada en volver a mi nave espacial, me desperté en la burbuja temporal de mi cama, agitada y sorprendida, con la nueva realidad del nuevo entorno o de mi cuántico estado de sueño.
Por Lisbeth Kumar
Baidyabati, November 11, 2021
Foto gracias a Pexels