Pizarrones con tiza y borrador,
auxilia un proyector de transparencias,
videocasetes para las urgencias,
pupitres de los de asiento y cajón.
Para las clases, el timbre central,
para el comedor, reloj de pared,
para el botiquín, vendas y un pastel,
para el patio, silbatos de metal,
para el despacho, varias cerraduras,
para el laboratorio, algo de ciencia,
para las tutorías mucha paciencia,
que tercie con cegueras prematuras.
Después del claustro al polideportivo,
Toñito, cuando puedas un vasín
para desatascar este trajín,
de tanta evaluación estoy cautivo.
Sonaba Salomé en el festival,
perece el tercer trimestre en Morcín.
Hasta el próximo septiembre Jandrín.
No hay consejos en época estival.
Pasa el citroen AX por la Zoreda,
pasa por el San Ignacio y la Rotiella.
A la sombra del Angliru, a su vereda,
un maestro sin querer deja una huella
Perder a la cuatreada en la Pixarra,
fumar algún ducado en la ventana,
ver a Monchín patrullar la manzana,
oír del sordomudo otra tabarra.
Al Andrés, al partido del Oviedo,
colocan las sillas, no entran más almas,
remató Dely Valdés a las Palmas,
orgullo y pundonor doman al miedo.
Y después un ribera en el Olaya,
y algunas sidras en Silla del Rey,
y los miércoles, como ya es de ley,
con Ángel en su casa dar la talla.
Tras los entrenos de invierno de tute,
con sus primos Ramonito y Maruja,
y ya en Soto, competición y puja,
¡Evaristo, calla de una vez! ¡Mute!
¡Si está ganado es que está bien jugado!
Replica suave y envalentonado,
le increpa ávidamente su mujer,
le reprende en silencio el tío Samuel.
Pasa el citroen AX a la carrera,
pasa curvas y barrancos con cautela.
A la orilla del Nalón, a su ribera,
un casín suavemente deja una estela.
Un abrazo!