Estudio de la mariposa y el tiempo

Pero vamos a ver cómo llegamos a eso. A ese matiz de crisálida en camino hacia la luz.

Ya sé… que la mariposa lleva ojos pintados en las alas, que no quiso que la vieran con la oruga y la crisálida inventó.

Me lo contó ella misma un poco avergonzada, un día nublado que empezaba a lloviznar.

Pero vamos a ver cómo llegamos a eso. Tal vez, a fin de cuentas, también tenga algo que ver la luz.

Quizá, que allí, cuando empezamos, con los primeros puntos para ver, lo vimos… Era necesario que se movieran… aunque siguieran en el mismo sitio.

Casi seguro que lo vimos y nos dimos cuenta.

Y vimos. Vaya que si lo vimos… que ese truco…, es lo que llamamos tiempo…

Y quizá para que no se nos rompiera el juego, descreando lo creado… teníamos que no saber… ponerle un poquitín de oscuridad para no verlo… Decir después, que no era así, que no tenía sangre en la nariz, que no era eso… que eso quizás fuera de aquellos otros…

Ya veis, tunos, cuanto de viejo le viene al zorro.

Y así tenemos, este floripondio de masas y de fieras, de soles y de espacios. Siempre negando lo que somos… o porqué lo hicimos.

Luego eso sí… salimos siempre con algún dios o algún demonio, para que sean los culpables y a los que echar un rapapolvo.

La mariposa, no me lo ha dicho, pero es seguro que nos copia. Tiene ojos de no ver y se viste de colores sin cuento.

También se explica, ese vicio de jugar, a veces, con los átomos y, si vamos a eso, de jugar a ser soldados. Uno de los juegos más antiguos… y más extraños.

Y tantas cosas… y tanto y tanto…

“y es que la vida crea los sueños,
los crea, para vivirlos.”

“De todas formas, por si acaso, doy aviso:
como le ocurre a la mariposa con el vendaval,
no podrías nunca ganarle a los océanos,
si te empeñas en golpearlos con tus puños.”.


Pixabay/FreeImages

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Percibo un texto que juega con la luz y la sombra, como la vida misma.

Letras en las que en cada giro nos recuerda lo que somos y soñamos.

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Muchísimas gracias
Un cordial saludo

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