Siempre amaras
a este mar Mediterráneo,
donde examinas,
contemplando
a tu alma infinita
arrojando a sus olas
el amargo abismo
de sus pesares.
Miras el horizonte
de su línea
y tiemblas
en su viento
que dibuja
sombras fugitivas.
Desde el mirador
de tu acandilado,
te sumerges en el regazo
del vaivén de sus olas,
acariciando su mecer
con tu mirada y tú corazón,
mientras tus manos
se zambullen en sus entrañas
para sentir su latir.
A veces el latido
de su espíritu
indómito y bravío
te muestra su enfado
solazando tu tristeza
con su enojo.
Este mar mediterráneo
que encandila tus suspiros,
es oscuro y discreto
y en sus profundidades
guardan intimas riquezas,
sus secretos más preciados
y las miserias de los hombres
que han lanzado a la fosa de su penumbra
que ahora es el remordimiento de su muerte.
Seguro que Serrat sentiría una profunda admiración por este “tu mar Mediterráneo”.
Y lo quisiera en una de sus melodías.
Bellísimo poema Pippo, que hace justicia a este maravilloso mar que nos pertenece.
Un abrazo.
Yo estoy en la otra orilla atlántica…pero amo también al Mediterráneo, el “Mare Nostrum” y sí que es nuestro, de nuestra cultura.
Precioso poema le has dedicado!!
Me gustó mucho!
Un abrazo y que tengas buen finde, Pippo! Cuídate.