En la mente siempre persiste esa pregunta elusiva de qué es el horizonte… está allí, lo vemos; pero no lo palpamos… Llegar a él —tocarlo— es poco más que imposible.
Digamos que —poéticamente hablando— el horizonte es esa difusa línea recta que se “espejisma” en el doblez de la curvatura; es la insinuación de un borde…
Y si tratamos de alcanzarlo, nos embarcaríamos en una empresa vana, anhelando la utopía… pues nos estaríamos dirigiendo hacia un sitio que en realidad nunca ha estado allí.
Llegar al horizonte es como beber el reflejo del agua que chiribita al empozarse en un lecho seco.-
Chane Garcia.
@ChaneGarcia.
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