Escampa en otra piel

Lluvia.

La angustia

fluye escondida

por recuerdos y dudas

soportando el dolor de tu partida.

Soy consuelo inerme en tu despedida

y lágrima varada

en la guarida

de mis

ojos.

Ojos

perdidos

en la esperanza

de encontrarnos de nuevo,

de negociar frente a frente una alianza

que me haga parar un tiempo que avanza,

que me arrastra y me sume

en la añoranza

de aquellos

días

cuando

la patria

de mi existencia

tenía por bandera

el sutil disfrute de tu presencia,

hasta que el rigor de la decadencia

de la carne anunciara

que tras tu ausencia

hay solo

lluvia.

Claro.

Soy claro

de luna llena

en noches de verano,

cuando el viento peina campos de avena;

en tardes gélidas de luz serena;

cuando intuyo tu rostro

en voz ajena;

con cada

gesto

tuyo

absuelto

por el pasaje

más bello de tu estirpe,

cuya piel admite ahora el chantaje

de los años y el dulce sabotaje

de palabras que anuncian

un nuevo viaje,

un nuevo

rumbo.

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A veces solo hay lluvia delante de los ojos…
Hermoso poema, compañero.

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Preciosos poema y esa estructura en espejo que lo acompaña a lo largo de los versos.
Un saludo.

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Muchas gracias, María.

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Agradezco tus palabras, compañera.

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La lluvia se arrecia en los recuerdos. Muy hermoso. Saludos cordiales.

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Gracias por tu comentario, Sinmi. Saludos.