En cada rincón
de mi pequeño mundo
estás presente tú…
En cada noche,
en cada atardecer,
en las hojas de otoño
y en la nube azul
posada en la flor de girasol
cómo simbolo del sol, amor
y admiración,
estás presente tú…
Echo las redes del navío
qué espera taciturno
anclado en las canaletas
y bancos de arena
con el entrecejo fruncido
Ah… todo esto es posible
en territorio baldío, inhóspito
y perdido…
Mis dedos arrugados por el tiempo
con surcos astrologicos
y geometría euclediana
socavan tu aliento
con sabor a durazno curtido…
Las escalas de grises
se asoman cómo voces susurrantes,
tenues murmullos…
Amor y desamor
mar y río convergen en el redil
de peces rapaces
dormidos en la red del pescador
contento por lo ocurrido…
Ya se siente el dragón del destino,
transita por las calles
la querencia, el desatino
y la falta de tino…
No le doy cabida al olvido
tus senos cómo montañas
tu pelo cómo cascada
tu boca desparramada
con olor a caña
tu memoria ultrajada
contención de huellas…
Extraño tu café
negro intenso
y la porción de pan
con queso derretido…
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