Esa hermosa superstición

Esa hermosa superstición
debe ser tratada con especial cuidado
ha sido mi centinela de cabecera
en los sótanos donde he sido escupido
por haber profanado el veto a los ojos francos,
por haber labrado en tierra fecunda mis instintos
y haber coronado a mis pesadillas
como irreverentes déspotas de mi destino.

Esa hermosa superstición
ha sido un puerto seguro en los días difusos
en que concilian mis demonios con mis naguales
y argumentan sobre lo profundo de mis perdidas
sobre la inmensa e irritante capacidad
de infringirme derrotas antes de luchar
y exigir una prebenda de consolación
cuando el horizonte me niega su acogida.

Esa hermosa superstición
nunca ha osado arrebatarle a mi soledad
la primacía de mirarme en mi completa desnudez
por el contrario
me da cobijo en la inclemencia,
en las horas remotas donde se desquebraja el cerco
y me inundan las huestes de la pavorosa duda
cuando la lobreguez se acantona enmarañada
y confunde la misera verdad atrabiliaria
con mi hermosa superstición.

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Un poema que reflexiona sobre la importancia de una superstición como un refugio en momentos difíciles.

Versos que van ofreciendo consuelo y seguridad en la incertidumbre y la soledad.

Es tal la seguridad en el poema, la rotundidad de lo que afirma, que no cabe duda ,el poeta sabe sin preámbulos a qué hora termina todo y cuando comienza…fe, para llenar el mar y vaciarlo.

Muy bueno.

Saludos