Es una tarde que sueña melancólica la lluvia.
Entristece ver cómo se aleja la hoja
por la acequia, a la deriva,
por donde el musgo crece.
¡Irse para siempre!, pienso.
¡Qué tristes son las tardes en los pueblos!
Tristes en otoño los funerales:
llevan al muerto por un camino
y viaja el polvo con el cortejo;
sola espera la fosa recién abierta.
Antes de que el día llegue
habrá dejado la noche en mí su agonía,
habré descubierto recovecos en mi corazón
que no sospechaba,
la decepción me habrá empañado la mirada.
Pero, en la juventud, la decepción pronto pasa.
(de Garabatos)
Es un poema antiguo pero me ha parecido oportuno ponerlo hoy, 1 de noviembre, día de los santos. Mañana es el de los difuntos (la diferencia está, parece, entre estar en el cielo o estaren el purgatorio). Curioso.
Me has hecho imaginar la escena.
Melancolía, tristeza, muerte, decepción…
Me gusta muchísimo la mezcla de hilos que tejen este precioso poema.
Y muy curiosa esa diferencia entre Todos los Santos y Difuntos.
Un abrazo, Jose.
¡Qué tristes son las tardes en los pueblos!
Tristes en otoño los funerales:
llevan al muerto por un camino
y viaja el polvo con el cortejo;
sola espera la fosa recién abierta.
Antes de que el día llegue
habrá dejado la noche en mí su agonía,
habré descubierto recovecos en mi corazón
que no sospechaba,
la decepción me habrá empañado la mirada.
Bello poema amigo, muy pertinente a estos días y sus celebraciones.