(Lírico)
¡Me invaden sentimientos envidiosos!
Cuando pienso en sus labios tan carnosos.
Soy ajeno a sus riquezas de mujer,
y a mis manos se les niega el placer
de tocarla y poderla complacer.
Lo que siento, me empieza a corromper.
Le regalo las galas de la luna,
y a su amado, le robo la fortuna
de apedrear con versos angustiosos
las finuras vítreas de su ser
y despertar las lágrimas que acuna.
Envidia inoportuna,
en mi rostro se instala la tristeza
de tu expresión que actúa con destreza.
Jorge Martínez C.
Autor.