La luz se filtra
ocupando las sombras
en un lienzo vivo.
Sutil transparencia.
Bello claroscuro.
Calor de racimo turgente,
oro granulado,
preludio de un néctar pálido
y dorado
que olvida el olvido.
El sol que se incendia y abrasa
la tarde de agosto.
Un verde silencio de hoja
tornando a rojizo, cruje con el viento,
mira entre los pámpanos.
En ámbar estallan las uvas redondas,
maduras, jugosas.
Retorcidas cepas preñadas
de vida, en largas hileras.
La viña se viste de lenta añoranza,
la melancolía de viejas vendimias,
aromas dulzones de velo amarillo,
fermentos de tierra caliente
y tiempos antiguos…
que al aire se arriman.
Volátiles sueños de mosto
y de noche.
Deseos afrutados restallan en ecos
de cristal y espuma.
Vino joven en ávida boca.
El lagar oscuro, espera impaciente…
Con pasos de otoño…se acerca septiembre.
Agosto 2020
Este poema está dedicado a mi amigo Alejandro Ávila Fernández, autor de la foto.
Preciosa tu mirada poética a esas vides tan llenas de vida y de frescor, todo un guiño a ese mundo tan ancestral y hereditario del sugerente y delicioso vino, amiga!!! Todo un arte tus versos vinícolas.
Pd. Tus versos me han recordado cuando estuve en julio unos días en Galicia, comimos en una de esas fincas con las vides como sombrillas, todo un lujo!!!
Una hermosa fotografía, merece un hermoso poema para el amigo. Felicitaciones, querida. Logras un precioso homenaje con tus dulces versos,
"Calor de racimo turgente,
oro granulado,
preludio de un néctar pálido
y dorado
que olvida el olvido.
El sol que se incendia y abrasa
la tarde de agosto.
Un verde silencio de hoja
tornando a rojizo, cruje con el viento,
mira entre los pámpanos.
En ámbar estallan las uvas redondas,
maduras, jugosas."
Un arte muy antiguo…
Gracias, amiga, la foto me impactó por lo bella que es y me puse a ello.
Por Galicia serían los viñedos de albariño o ribeiro, que las cepas son emparrados y puedes estar a su sombra. Y qué bonito se ven esos viñedos por la Rías Baixas!
Hace dos años, estuvimos en la Ribeira Sacra, preciosa!
Besitos, amiga.