Entre Sombras y Llanto

En la penumbra del adiós, se desgranan lágrimas,

se quiebra el silencio, se esconde la risa.

La vida se retira como ola lejana,

y en la orilla del vacío, la ausencia se avista.

En el telar del tiempo, se tejió su destino,

una madeja de instantes que el viento desató.

¿Dónde se esconde ahora la risa compartida,

cuando el eco de su voz en el aire se perdió?

Oh, dolor, inquilino de este pecho herido,

navegas en las sombras de un cielo sin estrellas.

La ausencia es un grito enmudecido,

un poema truncado que el alma destella.

¿Cómo abrazar la nada que dejó su partida?

¿Cómo cerrar la herida que el tiempo no sana?

Sus pasos resonando en la memoria perdida,

un suspiro, un lamento, una triste campana.

Las lágrimas son versos que el corazón escribe,

en el papel invisible de la añoranza.

En la penumbra del adiós, donde la luz se esconde,

la presencia perdura, en la danza del alma esperanza.

Amalia Beatriz Arzac

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La pluma de la melancolía, guía tus versos por mundos desolados de silencio y poetas desamparados, habitando mundos hostiles, donde el amor se desangra entre tus versos y los espectros de poetas del pasado, renacen en hermosas poesías de soledad y de tristeza. Muy buena tu poesía. Un placer leerte. Saludos.

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El adiós deja sombras llenas de melancolía, pero en la poesía se transforma en sutiles versos que tocan el alma. Bellísimo poema. Felicidades :clap: :clap: :clap:

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Gracias Pedro por tu generoso comentario, abrazo fraterno

Agradezco el tiempo que has invertido en leer mis versos y en la delicadeza de comenterlos, me alegra que te haya gustado. Saludos poéticos

Muchísimas gracias por tu lectura y por comentar mis letras con tan bonitas palabras. Abrazo en las letras

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Gracias Pacos, saludos poéticos

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Desoladores versos; de todos los olvidos, uno es quien las hace renacer dentro del corazón y la memoria.

Saludos Amalia Beatriz

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Siempre todo queda vibrando en un rincon de la piel, el mínimo estímulo las revive. El olvido muchas veces es sorprendido por la memoria de la emoción