Aquí abajo, en paz el alma
a los pies de esta montaña
siento venir recuerdos
de aquellos tiempos en que amaba.
En el bullir del silencio
la pasión llama a la calma
y me llega un olor como el de ella
como cuando a mí también me amaba.
En el cantar de los niños
La inocencia se derrama
y aquel olor ya se me escapa
una vez más, irremediable…
…entre las manos gastadas.
(Este es un poema que escribí, hace ya muchos años, tras un desengaño de juventud. Hoy lo encontré entre mis papeles, y lo comparto con vosotros)