En un mundo al revés

En un mundo al revés mandan los jetas
y por tanto, los cuerdos obedecen,
puesto que si de crédito carecen
crecerán los verdugos como setas.

Que mientras proliferen los poetas
y los devotos a Jesús le recen,
hoy a sus partidarios favorecen
y adoptados serán como profetas.

Por eso no me sirve ya de ejemplo
los intentos perdidos de un viandante
que de la vista pierda su objetivo,

cuando a rezar le ocultan en un templo
sabiendo que tirando hacia delante
con sus avales tiene su atractivo.

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