Quiero en tus benditas fuentes
beber agua de pasión,
sin medidas, ni razón,
disfrutar de tus vertientes.
Ser la envidia de las gentes
por gozar de tus trigales,
y tus jugosos frutales;
me enamoran tus corolas
y me hipnotizan tus olas,
Solo tú calmas mis males.
Mi pajarito amarillo,
¿Por qué dejas esta rosa
sin tu pluma deliciosa?
Dejándola sin tu brillo.
Necesito mi membrillo
la ternura de tus ramas,
el esplendor de tus gamas,
de tu pecho su dulzura,
¡Regresa a mí con premura!
No me dejes en mil dramas.