Me acerco
a tus recuerdos
en silencio
en puntillas,
no me atrevo
a pisar suelo
a hacer ruido,
no quiero despertar
lo que reposa,
ya dormido.
Con sigilo
con recelo,
en el vuelo
de un hada madrina,
con el aletear
de una mariposa,
rasgo en mi memoria
finos hilos de seda,
en donde tú
yaces tendido
sobre la nube rosa
que resguarda lo vivido.
Me acerco
a tus recuerdos,
presa en una gota
para humedecer
tus labios
para darles brillo,
tiento de una boca
cubierta de rocío,
ninfa que arde
en fuego lento,
del estío…
No hay forma más hermosa para acercarse a esos recuerdos… Una aproximación preciosa escrita con la gran sensibilidad que te caracteriza. Un abrazo de seda, amiga.