En mi tempestad:
los diluvios permanecen inertes,
son cadáveres nadando
en una pila de heces.
¿Qué tranquilidad maquillan
mis simples caudales ante
Inmensos infortunios?
No lo sé, pero respirar
a veces cuesta;
la lluvia cesa
y las cuencas de mis ojos
truenan.
Zumban mis oídos,
ante el grito mezquino
del orgullo y el peligro
mi mano no se cansa
de escribir poesía barata
poesía muerta
poesía insulsa
al final, solo son poemas que sangran.
mis brazos no se cansan
de abrazar almas
cubiertas con alambres de púas.
Mis piernas se caen y se levantan
entre los senderos de piedras,
me he reventado las rodillas
intentando, resurgiendo.
Soy la resurrección
de mi naturaleza muerta.
Cada poema tiene en su piel el color de su sentir y en su rostro se refleja la belleza de su alma.
Tu poema me atrae por lo aleccionador de su profundo contenido.
Aunque los versos lloran por la desesperanza. Después de la caída resurge la fé.
Bello poema!
Felicidades, Jessica!
Abrazos cariñosos!