A través de la oscuridad
¡hallas! la luz que no encuentras,
te sumerges en la penumbra
de tus necesidades, sin topar
salida al desconcierto.
El amanecer está allí,
¡para disfrutado ser!
más que si no lo ves,
¿que culpa tiene la naturaleza
que no lo quieras ver?
Hermoso Sol que me iluminas
pero que tu luz… no me toca,
pasas lejano contoneándote
impávido seguro de sí, pues,
no hay nada que te perturbe;
libre entras y traspasas
los cristales de la vida.
¡Oh hermoso Sol,
que tu luz me alumbre!
orgulloso e intempestivo te posas…
en el amanecer de cada uno de tus días,
oscuro, opaco o resplandeciente, ahí estas,
que tu calor me toque, es lo que más quisiera,
el amarillo de tu riqueza
en fortuna se convierta,
la tranquilidad me embargue
de paz, sabiduría y certeza…
Que tu calor caliente
mi corazón intranquilo,
y tu amarillo inmenso,
tiña la esperanza…
me sostenga, irradie y penetre,
que materialice en quimera
real y certera, de ventura…
asegurando la senda.
Que tus valles y tus montañas me bañen
de azul y verde como fortuna,
escudo que me recubra en fortaleza,
para cruzar el umbral de cada día,
que lleva… al siguiente escalón de mi vida
¿y me pregunto qué es la paz,
la penumbra y la alegría?…
en cada paso y momento de nuestras vidas.
Hemos de tener vicisitudes, que resolver…
más, por cierto, que hoy en día
cada una, o en gran parte
nos las hemos inventado,
en torbellino gigante imparable
que tantas veces,
¡nos queda!… grande resolver,
la vida tan maravillosa
y controvertida ¡a veces!,
es un complique indescifrable de secuencia,
de tormentos llamados retos que no son más,
que dificultades por vivir y afrontar,
es la sustancia de la vida,
el meollo del asunto
finalmente lo que nos impulsa y motiva.
Tanta belleza sumergida entre la boñiga
habrá que limpiar el velo de negrura oscuridad,
que empaña la verdadera esencia
de esta vida bella y maravillosa oportunidad,
que magistral se devela sin darnos cuenta,
es tu luz radiante u opaca que se empeña
por alumbrar mi vida ¡y yo! que ni me doy cuenta,
cuando te veo, sumergirme en ti quisiera,
tu luz símbolo y sinónimo de la triunfante vida
que cada día en victoria se ratifica
y aunque estas caliente y me iluminas,
mi corazón sombrío continua su camino,
entre matorrales y bruma espesa…
de la oscuridad que me embarga
que no me deja ver…, me hallo desierta
por la desidia que me consume,
en este mar de ilusiones y realidades
que servidas por vivir tengo,
en el ramillete de oportunidades
que no veo o ver no quiero
quisiera de un tajo solucionar todo,
tentada por un querer obtuso
que lidera el desasosiego,
despabilo y entonces…
con desesperada calma
busco hallar la luz de mi camino
y así mismo la de todos ellos.
Pero nada se resuelve mágicamente
sin el respectivo esfuerzo,
¿dónde están los logros materializados?
que hoy devanan mis sesos,
en desesperantes preguntas
y despertares inciertos,
que todo se ha derrumbado
y filtrado al compás del desespero,
se escurren sin lograr retenerlos,
tal y como el agua entre los dedos,
han desaparecido obsesionados
mientras reclamo con incesante fervor,
mas mis palabras insensatas, libertas,
inconscientes y desagradecidas,
no valoran lo mucho que tengo,
empezando por la vida misma
y tantas bendiciones y beneficios
que por en demasía son más que premios;
escribir y plasmar mis sentimientos,
pensamientos y hechos ¡en versos!,
es uno de los tantos que tengo,
siendo un don maravilloso
que me permite al supurar,
desahogarme en hilos de inspiración
hasta drenar y depurar
las heridas enconadas
que contiene mi alma,
de los sinsabores de la vida
que surgen y brotan
de esta enfangada vida
resultado de mi visión
cegada y sesgada
que no me deja ver
todo lo bueno que poseo.
Por ello te invoco resplandeciente sol
para que me toques de tu luz, calor y fortuna,
que cada día brotas por entre los cielos
como la vida misma en cada momento,
eres la muestra fehaciente y pura
de… que lo bueno existe,
de… que la esperanza se materializa
en realidad viva y palpable,
se toca, se vive, que está ahí,
es solo salir y dejar que se plasme,
en la dermis de tus entrañas
que regurgitan desesperadas ansias,
de sentir paz y tranquilidad
frente a la incertidumbre que me agobia.
Tu amarillo intenso,
mitificante de vida,
como eco retumba sin miedo…
“cuando la esperanza está perdida
y que no se cree en nada por defecto,
que parece ser que por idealizado te tengo
más eres tan real y certero…
que tu luz, la duda despabila
cada vez que sereno brillas,
ahí estas, sin nada más que rosigar,
que callas la insolencia de mis laberintos,
aunque desafiante me pregunto
¿dónde está la mariposa
que poderosa se posa,
en el universo que le pertenece?
¿donde ha quedado tu capullo?
en el que te transformaste
símbolo de tantas luchas,
las que afrontaste,
y te convertiste de larva
hasta que volaste,
¡es la prueba irrefutable!
más donde han quedado
tantos esfuerzos plasmados
en el torbellino de tus deseos,
¡que ya te has convertido!
¿Y entonces qué ha pasado
con tantos triunfos y ahínco?
que mientras reclamo,
¡insisto! en el calor de tus rayos
que aunque no me toques, ahí estas,
fuente de vitamina D, cual caricia,
que se registra en mis huesos,
cada vez que tocas mi cuerpo,
y aún sigo reprochando
al insoluto del tiempo
que en mi lodazal desconcierto
aún de aquí salir no puedo,
las pantallas de mi mente
me atrapan en celdas engrandecidas,
regurgitantes de aspavientos
que en mis entrañas parecen querer salir
como atamboradas mariposas,
que desesperadas se te atragantan
por entre el conducto de tu garganta,
que ni regurgitas ni vomitas
se quedan allí atrapadas
entre tus entrañas,
el capullo es pasado
y todo lo que reclamas
como mole que no te aplaste,
que reclamar es perdido
pues todo es parte de tu ayer,
que te inspire más bien,
en lugar de lamentarte
porque atrás ya ha quedado.
Tócame Sol en mi enlagunada vida
y libérame en ti, de las respuestas
que en mí no encuentro,
limpia mi oscuro desierto
con tu luz imparable,
radiante y certera,
que quiero tu luz me acompañe
cada día de mi vida,
pues aunque te ignore o no te vea,
o que la indiferencia de mí se apodere
ante tu presencia impecable y magnánime,
que ahí estas como siempre,
y que tu claridad aclare, por fin, mi mente
y tu calor caliente mis pensamientos,
es, por supuesto, mi deseo infinito e insolente,
más despertar debo y concentrarme
en todas las posibilidades que a bien tengo,
que por fin fluya la bruma espesa
y la mole que tanto pesa,
se pulverice, esparza y diluya
en miles de partículas,
resolviendo, aclarando
y el camino limpiando,
que por fin el jardín
de nuevo florezca.
Hoy que en lo calientito de tus rayos,
de tu impecable y extraordinaria luz
eres el pequeño reflejo…
de Dios y del universo.
No te devanes lo sesos
por mis pensamientos
reiterativos y necios
que surgen de momentos
que tomo de aquí, de allá,
e incluso desde mis adentros,
irónicamente mientras
a carcajadas me río
o burlescamente sonrío,
desde mis agigantados inciertos
pues la vida es vida,
manantial de momentos
consecutivos día por día
y a pesar de tanto,
de mucho y de nada
la vida es alegría, un premio
un regalo y un privilegio
por lo pronto mi presente son mis versos.