En honor a la verdad

Por sitios que no adivinas
salidas busca la mente,
sin que la musa inconsciente
escape de sus vitrinas.
Pues soluciones divinas
no están a pedir de boca,
si el asunto mal se enfoca
y el hilar no se respeta,
justo ahí donde el poeta
con sus obstáculos choca.

Por eso sano resulta
contestar al compañero,
sin oponer ningún pero
que el aliento dificulta.
Pues cuando la vena oculta
caprichosa permanece
tampoco igual apetece
en la mesa hincar los codos,
y remover por los lodos
lo que en el coco se cuece.

Que vaga la voluntad
a menudo se nos muestra,
cuando el pudor la secuestra
con su propia vanidad.
Si en honor a la verdad
máquinas no somos, cierto,
y a veces en el desierto
sin recursos nos hallamos,
si en el mismo tren viajamos
víctimas del propio entuerto.

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