¿En dónde me perdí de ti,
en dónde quedó tu rastro
que yo… no te veo?
Ya no te alcanzan mis voces,
ni mis llantos,
es tanta la distancia
entre mi cuerpo y tu rostro
que se pierden mis clamores
entre la espesa niebla.
Y tú… ya no me escuchas.
Te grito buscándote en el vacío
y te confieso todo cuanto siento
-ya no queda palabra
entre los labios -
y mi voz se desmorona,
cae, no llega a ti.
Es tanta la soledad
que me rodea
que a veces me pregunto
si me perdí de ti,
huiste de mí
o nunca estuviste en mi.
Hay dudas que pueden desmoronar una vida entera o restaurar-nos-.
Eres una obra de arte, Sin (en reconstrucción)…
Muy hondo. Gracias por tanto. Abrazo hacia ti.
Muy buen poema, querida Sinmi. Desolación inconsolable por clamores que no se escuchan, que siembran la duda de los por qué, y se sufre sentimentalmente en el alma. Me gustó.
Abrazos