Embriagare mis vicios

El sol de medianoche
silva una melodía descendente,
las estrellas maquilladas
con el polen de un clavel mustio.

Una guitarra melancólica,
en el rincón de una habitación,
recita una estrofa rota;
la estrofa que el poeta, nunca finalizo.

Una mirada extraviada
frente a una ventana estéril,
el viento dibuja espejismos
y el humo del cigarrillo escribe un nombre.

La sed de una caricia empolvada
y una fotografía desocupada,
delínea paralelamente;
la ausencia…
de un semblante en el espejo,
embriagare mis vicios.

3 Me gusta