Sus rostros traslucidos revoloteaban.
Danzaban sus labios seductores.
Todos oscuros.
Ojos inmensos.
La música sobre el espacio,
coreografiaba con las luces
el silencio.
Rojas, blancas, púrpuras.
Yo,
desapareciendo entres las notas de sus cuerpos,
deslizaba mis dedos desde entre sus voces.