Ella dijo un no,
rotundo
borrascoso,
doloroso.
Ella dijo no,
y todos mis sueños
en guerra
se me desvanecieron.
Hay que aprender
a vivir con el corazón partido,
a vivir con la certeza
de que tu vida será peor,
y que sus caricias no serán tuyas.
Hay que aprender
a vivir muriendo sin ella.