Descifrando barreras a tu lado,
el llanto se pausa,
acelero y me detienes con un gesto,
tu mirada respira calma,
tus manos hablan;
y después de tantos días de cháchara,
de momentos sofá solitarios,
de náuseas, culpa y resentimiento,
incapaz y frustrada,
me das el mazo y la libertad de usarlo,
sin otra ayuda que atender
a ese algo que se nos está escapando.
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Ay, gracias!
Así es!
!!!
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