Elegía a un jugador de ajedrez

Hoy
el ajedrez es menos ajedrez,
ni el aire de la calle se agita igual
por la mañana.

No suenan tan bien
las palabras,
y la casa que tenía la puerta abierta
está oscura y cerrada.

Ya el mundo no es igual,
sin verte con tu café y tu partida
en las luminosas mañanas de domingo,
falta algo.

Ya el mundo no es igual,
y no lo aprecio o lo detesto tal y como es,
pero no me es indiferente
que ya no estás con tu partida y tu café.

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