Era rumor alambrando el aire
en la ciega cama desvestida
desnuda arena enardecida
zurciendo dolores y pesares.
El pasado agonizaba a mares
sobre el alfeizar de sus ojos
entre sus muslos un cerrojo
guardando luz de senescales.
Sus olas sudando sueños
sobre la mesa de las horas
tristes las fugadas agujas
del reloj de aguas y fuegos.
Una vida cediendo lunas
sobre el sexo del horizonte
cicatrizando labios y sepulturas
para olvidar el último nombre.
