El tiempo se edifica en la derrota
de todas las promesas incumplidas;
en el naufragio, íntimo, de palabras
que se fueron gastando, ineficaces
y sin brillo, en el tedio de la vida.
Y, sin embargo, queda en la memoria
la certeza de todos los propósitos;
de todas las hazañas, que tan sólo
dieron esa caricia de la gloria.
Ya somos el reflejo de los días,
de las hondas heridas de los años
que no nos pertenecen; y aguardamos,
expectantes,que un tibio amanecer,
resignados y tristes, venza el tiempo.
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El tiempo como espacio, es melancolía sin filtros. Un avatar indomable. Y lo has contado de maravilla.
Me gustan siempre como construyes tus poemas y la necesidad existencial que nace de ellos.
Saludos
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Todo alimenta y/ o perturba la aventura de vivir, la aventura de existir. Muchas gracias por tu comentario. Un saludo.
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