El tahúr de Poker Flat

La nieve se apiadó al llegar la hora,
y durmieron ingenua y cortesana
sin ver dispar el pueblo, en la mañana,
la niña y santa de la pecadora.

Tan solo despertó la blanda aurora,
que era pobre, fugaz y culterana…
y un dos de tréboles en la lejana
abrió el más alto pino… entre la flora.

«Al pie de este árbol yace el buen John Oakhurst,
por la vena de mala suerte
que sacudió el noviembre de este año».

«Sus puestas entregó el siguiente mes,
el día siete…» Allí se va,
¡oh, el más débil y fuerte de los hombres!

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