El ímpetu de una ola
rompe el dique del silencio
mientras el sol se esconde
tras la línea del horizonte
con su rojizo fuego.
El visillo de la noche cae
sobre unas olas que nacen
en la infinita línea recta
dónde camina el sueño
con sus sombras,
fuerte y constante
como un dios del olimpo,
con el silencio de su sinfonía
acunando en sus brazos
ese pensamiento inédito
que dormita su inocencia
y que no sabe de la vida
pues descansa sobre una nota
en el pentagrama
del latir de un corazón
que escala en cada instante
el acantilado de la vida
esperando saber
de ese otro latir
que se una al suyo
par conquistar
las estrellas sin brillo
entre lágrimas y sonrisas,
siendo el mero pasaje
donde se refleja lo inesperado
de los misterios de la vida
porque sin ellos, los sueños,
la vida no sería nada.
Un desierto vacío.
Pippo Bunorrotri 20/04/25
