Porque esa noche te escuche
entre miles de ruidos impares,
me tambaleaba, andaba
por un suelo lleno de distancias,
era difícil llegar
al lugar donde no ser un desaparecido.
Porque esa noche te vi,
cuando yo tenía los ojos en blanco,
a ciegas solo pude escribir la verdad,
y en todas tus miradas
eran un rastro que avanzaba
para buscarme la cara.
Ese día el silencio fue una delgada pregunta,
ese día los ojos fueron una trasparente página.