La mascarilla le proporcionaba intimidad aun estando rodeado de gente. Nadie adivinaría si estaba contento o triste, si se sentía seguro o pedía socorro desde el fondo de su alma.
Aficionados con el rostro de Messi en sus camisetas se cruzaban en su camino. “Qué sensación tan increíble saberte un campeón aclamado por todos” –pensó. Pero eso no era para él, una simple sombra con mascarilla.
Un niño de ojos inmensos se paró frente a él con la boca abierta. No podía decepcionarle.
-Guárdame el secreto -le dijo con un guiño cómplice. Sacó un bolígrafo y le firmó la camiseta.
18/Julio/2021
Palabras a incluir regaladas por Jordi Évole, periodista:
MASCARILLA - SOCORRO - ALMA - MESSI - CAMPEÓN
Genial!! La mascarilla resulta incómoda pero una de sus “bondades” es esa “intimidad”, ese guardar ciertos gestos y… secretos. Muy buen relato. Un cordial saludo
Buen relato, Gali! Muy ingenioso…
Estás haciéndote una experta en estos microrrelatos que nos atrapan!
Besicos, amiga!!
Siempre tan buenos y desconcertantes tus relatos… Un besote.
Me encantan tus relatos compañera.
Muy bueno Galilea.
Yo quería escribir este, pero no sé dónde ni cómo encajar a Messi en un poema, jajaja
Un beso
Muchas gracias. Me alegra que te haya gustado.
Besicos.
Muchas gracias siempre, María.
Besicos.
Muchas gracias, Wallace.
Besicos.
Muchas gracias, Carmen.
Besicos.
Muchas gracias, Marta.
Besicos.
Jajaja… para un poema complicado. Lo descarté desde el minuto uno
Muchas gracias, Horten.
Besicos.
Que bueno Galilea, me encantó la resolución —aplsusos.
Buenísimo, Gali. Antifans casi perfecto, pues la pupila curiosa del niño es difícil de engañar. Bravo, amiga. Un besico.
Muchas gracias, Domingo. Me alegra que te haya gustado.
Besicos.
A la curiosidad de un niño no se le escapa una. Me alegra que te haya gustado.
Besicos.