El sapito nadador

Afuera de un estanque,
seco y a pleno sol,
un sapito disgustado,
en una piedra se sentó.
No hay brisa, ni invierno
ni sombra de un palmar.
Muy triste y desolado
se puso a preguntar.
¿Qué hombre tan ingrato
mi agua se llevó?
Sin hogar me dejado,
mi hijito disecó.
Oye niño que visitas,
¿Me podrías ayudar?
Llena pronto mi charquito
y protege mi hogar.
El niño presuroso
corriendito lo llenó;
sembró un arbolito
y nadando lo dejó.
Fue a traer a sus amigos
y un bosque instaló.
Alegraron cada día
al sapito nadador

2 Me gusta