Pensar que la Luna vivía
prendada de la sonrisa del Sol
pasaba los días añorando
su regreso para perderse
en su tórrido abrazo.
¡Qué delicadeza del Sol!
desnudarla con sus besos
mientras se derriten los lunares de su piel
atrapados entre el fuego de sus dedos.
Y así de noche, ella se entregaba a ese amor prohibido,
ella de fría piel, él de intenso calor
por breves instantes,
ella logró tocar el Sol
cegada por la luz de su mirada
no le importó nada.
Ella decidió beber de sus labios
y refugiarse por las noches
en esas manos de Sol
para calentar su otrora impasible corazón.
Inasequible el romance de la Luna
pues en realidad este Sol
lo único que deseaba
era en más de un cielo
¡ Ir a retozar !
Pintura “Un momento de eternidad. Sol y Luna” de Ekateryna Zabruckaya
Eso se lo escuché cantar al viejo Silvio Rodríguez " despierto en una erótica caricia
Sin amanecer me estoy quemando
Ruego que antes del fin de la delicia
La luz me diga a quien estoy amando"
Inasequible el romance de la Luna
pues en realidad este Sol
lo único que deseaba
era en más de un cielo
! Ir a retozar !
Ah que Sol tan retozón. Un harem de lunas se anda buscando
Y así de noche, ella se entregaba a ese amor prohibido,
ella de fría piel, él de intenso calor
por breves instantes,
ella logró tocar el Sol
cegada por la luz de su mirada
no le importo nada.
Precioso tu poema, ah qué amor imposible. Ah qué pasión.
Este es un sol inquieto y se merece una luna intensa y que alumbre en la noche varios planetas, así estarían a mano , cada cual en lo suyo. Todo tiene solución, los finales felices y hasta los infelices , no se digo yo.