Es el riesgo.
Morir en cada palabra,
sangrándose las heridas
hasta que no quede
ni rastro de las lágrimas.
Desnudándose
el alma con todo
lo que arrastre.
Es el riesgo.
Saber que tu palabra
puede llegar a un corazón
herido como el tuyo.
Es el riesgo de la poesia.
Y no es un juego,
lanzar palabras
al universo tiene un precio,
y todos debemos pagarlo.
La poesía sólo puede hilvanarse con la verdad.