El reloj de arena
del tiempo del pasado
me ha robado las Horas
de mis sueños de juventud
entre abrazos fingidos, y
besos hurtados a las penas
bajo el dorado intenso de las hojas
que entintaban las tardes de otoño.
El reloj de arena
del tiempo del pasado
me ha robado las Minutos
de aquellos momentos que
pasaba frente al mar bravío del Atlántico,
oteando las islas Cíes, mientras
dibujaba en sus olas sueños por realizar,
que el viento empujaba
a la isla del tiempo, sin tiempo,
pequeños instantes, casi diminutos,
diría, de felicidad.
El reloj de arena
del tiempo del pasado
me ha robado las Segundos
de aquella triste mirada perdida,
sincera ella,
que añoraba unos sueños
que nunca llegaban, y
que noches de soledad acumulaban
en el rincón de la desolación,
esperando la magia del destino.
Ahora que,
el reloj de arena
del tiempo del futuro
me trae los sueños de juventud,
no tengo ni Horas,
ni Minutos,
ni Segundos,
ni tan siguiera,
años, meses, semanas,
para recuperar los tesoros
que la vida del pasado me robó.
Pero…
quizás tenga
las Horas, los Minutos, los Segundos
de los días del presente
para plasmar en verso
los sueños de mi juventud.
Pippo Bunorrotri