El recuerdo no es más
que la radiografía
de las horas que yacen,
de la música inerte que nos queda
como un eco de olvido, como seda
que va huyendo a la muerte.
Con llanto, edificamos
la oscura catedral de la alegría,
y oramos, día a día,
a los perjuros dioses
para que nunca dejen su vigilia
y guarden la memoria de nosotros;
reflejo de la niebla,
apenas si pavesas
de una lenta humareda.
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Así es el recuerdo, bellísimos versos melancólicos y plenos de añoranza, poeta!!!
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Muchas gracias. Me alegro que te guste. Saludos.
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