En el racimo madura
la abundancia de la alegría.
Dormita en su zumo
el temblor del deleite,
germina la ebriedad y
el regocijo de la fiesta.
Las mañanas bañan
de sol los granos,
el rocío los madura,
la tierra los amamanta.
El tiempo los vierte
en el vaso.
El paladar le otorga
la templanza.
Un sueño añejo
le da sabor,
compartirlo en amistad,
sosiego.
Este vino del cielo,
del suelo.
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Un poema que da vida a la uva y a ese mosto que nos acompaña desde épocas inmemoriales. Un buen poema. Saludos.
Buen poema! Me gusta mucho ese final:
Cielo y tierra, casi la misma cosa…
Muchas gracias como siempre por la lectura y el comentario. Saludos
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Muchas gracias por la lectura y el comentario. Saludos
Si, lo que dices es muy cierto. Gracias por la lectura y el comentario, saludos.
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Cielo y tierra los dos limites de la vida, al menos la que conocemos. Muchas gracias por la lectura y el comentario. Saludos
Minada
14 Enero, 2024 15:25
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Estimado José A, creo que ni el propio Baco hubiera escrito mejor el poema.
Me encantó. Lo envidiaría Dionisio.
Abrazos.
Brindamos…, muchas gracias. Un afectuoso saludo
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Estimado amigo como siempre un orgullo que mi poema te guste. Me abruma un poco los elogios, pero es un placer recibirlos de un gran poeta. Abrazos.
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Los elogios son bien merecidos. Nunca debieran ser agobiantes, por el contrario (salvo que no sean sinceros) deben servir de aliento.
Eso sí, respecto a lo que me dices, mis elogios no son de un GRAN poeta, sino de un eterno aprendiz dentro de la poesía, que siempre aprende agradecido algo de ustedes.
Abrazos