El precio de ser

Un grisáceo corazón,
aguantador de gamas de colores.
Con su vapor guía rencores, en vapores.

Se achina tu tibia piel,
relame charcos de fría hiel que sabe a miel,
chasquea, desde su ser, un gran placer.

Acurrucada, cada letra tuya
comiéndote.
Tu cuerpo incoloro, de ti, desprendese.

Un llanto de condesa;
Te condensas;
Por el aire, vos, bailándote.

Tibia y fría,
te desgarras
y lloras mil broncas desglosándote.

Ya no ves, sos nube
y lloras, ya llueve
y tocas el cielo. Piel de ballet.

Y, en mil risitas cristalinas,
chocas, riendo colorida,
las gigantescas calles.

Te erizas, helada, lamiendo
el rígido suelo, tan suave y cruel.
Lo pintas de gris… colorido placer.

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Tu poema juega con la dualidad de emociones y sensaciones.

Verso a verso vas fusionando lo grisáceo con la gama de colores, creando una poesía visual y sensorialmente rica.

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