El poder de una caricia

Antes que el vacío,

preferimos la aflicción

de un desahuciado amor,

porque este, aún,

conserva la esperanza

de futuras avenencias.

Antes que el desdén

o la indiferencia,

elegimos el rencor,

porque es el reverso

de una moneda

proclive a la tendencia.

Si buscando afecto,

recibes rechazo,

aceptas la advertencia

y con humilde gratitud

consientes el consuelo

que otorga la experiencia.

Concedes los abrazos

en la celebración

como dádiva amigable,

Pero ¿cuánto amor cabe

en una simple caricia

o en un gesto amable?

Extasiados en las ínfulas

soberbias del orgullo

y la presunción.

hacemos de esta vida

un vodevil grotesco

un drama interminable.

clavamos la daga del odio

con en el ademán

de una humillación.

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