Estas palomas que sangran
la mansedumbre de los días,
ladrán las horas muertas
arenas sin mar y presas,
cada grano encarcelado
con su tibieza a cuestas,
dormido candado en el pecho
de la ciudad que reza,
en el cubilete hay niños
con un corazón y sin cabeza,
el nido del hambre vacío
esperando un crucifijo
y el pescador que no llega
al dolor de todos sus hijos.
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Que interesantes versos, los he releído y me han atrapado. Muchas felicidades. Saludos
Gracias Muss por tu comentario. Saludos.
Unos versos hermosos, intensos y amargos…
Un abrazo, compañero!
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Buen sábado María, gracias por tu comentario. Un abrazo.
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Coloquialmente hablando.Esto es un pedazo de poema. Me gustó.
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Mil gracias compañero por tu comentario. Un abrazo.
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