Muy cerca del submundo del deseo
donde no existe el mínimo dolor,
devolver quiero al cosmos su valor
bien lejos de cualquier sutil jaleo.
Pues en mi mente casca el devaneo
de encontrar ese don acreedor,
que en medio de un entorno soñador
a sentirme me lleva ingrato y feo.
Porque andando muy presto a mi pesar
voy jugando mi rol en este mundo,
por más que en mis adentros no lo sienta
y la razón lo quiera liquidar,
pues voy de lo trivial a lo profundo
con la mirada siempre muy atenta.