El monstruo de la ansiedad

La ansiedad es un monstruo que come y come, y encuentra en su masticar, el suave ronroneo de un gato al sol. Y tras tragar tantas veces, y aunque se sepa lleno, sigue royendo la galleta infinita de la autocompasión, hipnotizado por la desgana y la soledad que le habita el pecho.

Y come, y engorda, y se siente pleno en su instinto, en un bucle donde el tiempo pausa,
y se desgrana en migas de pan, dando quietud a la mente y al cuerpo, pero no al arduo trabajo de la descomunal mandíbula. En ese momento se siente horripilante y tranquilo, y las pesadumbres se desvanecen, es el privilegio del tiempo que nunca avanza, pues el monstruo nunca termina de saciarse.

Es un monstruo impaciente, a veces demasiado pequeño para su edad, que evita mirarse en los espejos, pues es consciente de su propia deformidad, pero aún así pretende olvidarla en el infinito, en su apacible mundo donde nunca ocurre nada y nunca se cumple ningún sueño.

La ansiedad es un monstruo, que come y come el alma, con demasiada prisa, y te mira con ojos fijos mientras rellena copas altas de cristal, con ese llanto que guardas dentro y que no quieres soltar.

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Cuando sentimos ansiedad todo se vuelve eterno. Saludos cordiales.

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Precisamente esa eternidad es la que quería plasmar! Saludos, poeta @Sinmi gracias por leer.